Cuatro historias que brillan en el Swift Student Challenge 2025
Cada año, el Swift Student Challenge convoca a estudiantes de todo el mundo a crear playgrounds de apps con Swift, el lenguaje de programación de Apple. En esta edición hubo 350 propuestas ganadoras de 38 países y regiones. Más que un certamen, es una ventana al futuro: ideas locales convertidas en soluciones con alcance global.
Los ganadores de este año demuestran una habilidad excepcional para transformar ideas valiosas en playgrounds de apps innovadores, impactantes y cuidadosamente diseñados”. — Susan Prescott, VP Worldwide Developer Relations, Apple.
Además, 50 ganadores distinguidos fueron invitados a una experiencia de tres días en WWDC (Apple Park), con sesiones, laboratorios y la keynote del 9 de junio.
A continuación, las cuatro historias que seleccionamos por su potencia creativa y su valor social.
Entre los ganadores distinguidos aparece Taiki Hamamoto, que creció en Japón jugando Hanafuda con su familia. Un día se topó con un mazo en una tienda y entendió algo incómodo: su generación ya no sabía jugarlo. Decidió traducir ese ritual a una pantalla, pero sin traicionarlo. En Hanafuda Tactics mantuvo la iconografía floral y el pulso del juego —los meses, las plantas, la estrategia—, y añadió una capa de lenguaje que sí entienden los más jóvenes: animaciones fluidas, respuestas táctiles, puntos de vida. Lo que parecía nostalgia se volvió un puente: la cultura cabía en un teléfono sin perder su alma, y hasta se asoma la idea de llevarla a Apple Vision Pro. Taiki no solo preserva un juego: preserva una forma de mirar Japón.
Otra historia nace a miles de kilómetros, cuando los incendios en California obligaron a la abuela de Marina Lee a evacuar con prisa y sin certezas. Marina, estudiante de informática, convirtió esa angustia en un mapa de decisiones simples. EvacuMate guía qué empacar, digitaliza documentos con la cámara, ordena contactos de emergencia y reúne información útil —calidad del aire, botiquín, pasos claros— para que quien no domina la tecnología no dependa de nadie en un momento crítico. Marina piensa en su abuela cada vez que diseña una pantalla y se pregunta en qué idioma le hablaría la app. La respuesta, obvia y poderosa, es: en el suyo. La accesibilidad deja de ser casilla de verificación para convertirse en el corazón del producto.
En Nuevo León, Luciana Ortiz Nolasco levantaba la mirada desde niña para cazar estrellas entre el smog. Encontró comunidad en la Sociedad Astronómica local, y desde ahí imaginó BreakDownCosmic, un lugar donde la astronomía no sea un privilegio sino una invitación: calendarios globales de eventos, misiones que convierten la curiosidad en medallas y un chat que transforma la soledad del observador en conversación. Swift y Xcode se vuelven compañeros de viaje; la app promete esa sensación de “viajar por el espacio” con la que sueñan quienes no pueden escapar de la ciudad. Luciana no hace “una app de astronomía”: abre una puerta para que más gente se reconcilie con el cielo.
La cuarta historia cruza Etiopía y Canadá con Nahom Worku, que se debatía entre ser piloto como su tío o ingeniero como su padre hasta que, en la pandemia, descubrió la programación. Recordó las aulas con poca conectividad y los cuadernos llenos de apuntes que nadie ayuda a organizar. AccessEd toma una foto borrosa y la convierte en tarjetas de estudio; recomienda cursos según cada perfil; guarda contenido para cuando no hay Wi-Fi; avisa a qué tarea llegar primero cuando la vida fuera de clase también exige. Core ML y procesamiento de lenguaje natural están ahí, sí, pero se notan menos que el gesto principal: dignificar el tiempo de alumnos que estudian en los huecos que deja el trabajo o la familia.
Desde PcMác vemos ahí una ruta concreta para Colombia: aulas que enseñan Swift con proyectos anclados en nuestra realidad, clubes STEM que invitan a mirar el cielo desde la sabana, apps cívicas que hablen en el idioma de nuestros abuelos, herramientas educativas que no dependan del “si hay señal”. Si quieres, armamos contigo un plan de ocho semanas para que tu colegio, universidad o empresa impulse su propio semillero: dotación Apple, mentoría, rubricas, despliegue y soporte. La inspiración ya está; ahora toca convertirla en impacto. 💙
