Invertir en tecnología bien implementada no es un lujo. Es una estrategia financiera inteligente.

Cuando apruebas una inversión tecnológica, no estás comprando un dispositivo. Estás apostando por eficiencia, seguridad, escalabilidad… o por dolores de cabeza. La diferencia está en la implementación y la gestión.

En muchas empresas, lo que empieza como una “buena compra” termina drenando recursos con costos ocultos: soporte técnico permanente, pérdida de productividad por configuraciones manuales, y riesgos de seguridad que pueden costar millones.

Con un sistema de administración centralizado y automatizado, los equipos de TI pueden configurar dispositivos desde antes de que lleguen a manos del usuario. Esto implica:

  • Cero tiempos muertos en onboarding: los dispositivos están listos para usarse desde el primer minuto.

  • Reducción significativa de incidentes técnicos y solicitudes de soporte.

  • Control total de actualizaciones y políticas de seguridad, sin afectar la operación.

Lo más relevante: al centralizar compras, apps y configuraciones, no solo reduces costos operativos, sino que aseguras un ciclo de vida financiero más predecible y rentable.

IBM ahorró $543 USD por dispositivo al adoptar este modelo, gracias a menores tickets de soporte y mayor vida útil de los equipos (IBM CIO Study, 2020).

La próxima vez que evalúes un presupuesto, pregúntate: ¿cuánto te cuesta no hacerlo así?

¡No olvides compartir este artículo!

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin

Lo que dicen de nosotros.